La ovejita obediente va al parque

Había una vez una ovejita que era conocida como la Ovejita Obediente, se portaba muy bien y siempre hacía caso a sus papás y abuelos.

La ovejita era muy querida por sus amigos y compañeros de escuela, siempre estaba alegre, compartía sus juguetes y jugaba sin pelear.

Un día sus papás la llevaron al parque y la ovejita la pasó muy bien, corrió y saltó sobre la grama verde, se subió a los columpios, se tiró por los toboganes, subió escaleras, caminó por puentes colgantes y jugó con otras ovejitas que se encontraban disfrutando de la tarde soleada.

También comió un refrescante “raspado” de hielo con sabor a frutas, para calmar la sed que le dio por tanto brincar y jugar. Su sabor favorito era el de maracuyá y le gustaba que le pusieran mucha leche condensada. La ovejita estaba muy feliz.

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Ya al final del día, sus padres le dijeron a la ovejita que se sentara con ellos en una banca para descansar, pero la ovejita quería seguir corriendo. No hizo caso y empezó a correr alrededor de la banca cuando de repente…

 

¡PUM!

 

…la ovejita se tropezó con la raíz de un árbol y se cayó.

Su papá saltó de una vez a socorrer a la ovejita que estaba en el piso llorando, la cargó tiernamente, le preguntó dónde se había golpeado y la ovejita señaló su pancita. Su mamá la sobó y la consoló como solo lo saben hacer las madres para que no le doliera más.

Una vez que la ovejita se calmó, el papá le explicó a la ovejita que siempre debía hacer caso, ya que los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, no les gusta que se golpeen, ni verlos llorar, porque esto los pone muy tristes.

De esta manera la ovejita aprendió que siempre debía hacer caso a sus padres y prometió no volver a desobedecerlos ni correr sin permiso.

Luego de esto se hizo de noche y caminaron por el parque viendo las luces de los edificios cercanos y las estrellas en el cielo. La luna les sonrió con su tenue luz y les dio las buenas noches con lo que se fueron a la casa a descansar para tener fuerzas y volver otro día al parque.

 

Moraleja: Siempre hay que obedecer a nuestros papás en todo.

 

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FIN